Durante el mes de diciembre solemos consumir más comida y bebida de lo habitual. También durante la Navidad solemos dejar de lado nuestra rutina de ejercicios para compartir con familiares y amigos, dedicarnos más al ocio y comer desordenadamente, lo cual se traduce en un aumento de hasta tres kilos de peso.
Algunas personas logran mantener su rutina de ejercicios y no aumentar de peso, pero sufren de indigestiones, reflujo, acidez estomacal, intoxicaciones por alcohol, subidas de la tensión arterial, descompensaciones en los niveles de glucemia, e inclusive, brotes de acné.
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